2 de abril de 2013

TIRRIA








es terrible la envidia como garra
tal cáncer fulminante de los modos
sinuosos del ser sus acomodos
mentales de gañanes que achicharra

y que quema que turra y que socarra
todo furia del fuego tan beodos
tan bebidos de sí hincan los codos
en embestir fatales con tabarra

perennes cual caín aran su tierra
errantes mamelucos pajarracos
simulan de su daño lo que encierra 

esa pasión inútil de lumiacos
con su baba pa sí en que se entierra
el bien y la verdad son demoníacos

hijos de belzebú
ellos se queman solos del tabú
de su envidia su tirria es bululú (1)











NOTAS: 
1.- El donoso lector, que algo sabe del tema o asunto de la envidia -tal vez lector de Machado, que recrea la historia bíblica en La tierra de Alvargonzález-, y que tal vez, en postura sabihonda populeches, diga al autor de este soneto que se mire la viga de su ojo, y aun ojete, debe considerar que las rimas no se eligen sólo porque rime o suene igual, sino lo mismo como sentido y significado, y voces y ecos, las palabras son más que palabras, sino música. Así, de esa guisa, puede rematar este endecasílabo final de varia forma. Les propongo estas:

de su envidia su tirria y su vudú
...
de su envidia su tirria es su menú
...
de su envidia su tirria es su rurrú
...
de su envidia su tirria es su frufú

y etc., etc., etc.

2.- El asunto de la envidia, tan sumamente español, de la España profunda, cotidiana y lerda, ha sido muy reflexionado en este sitio, antes. Ya que no se ponen cuidados a evitarla en esos entresijos sociales de familias, propiedades privadas y Estado, en sus condiciones infecciosas y cutres, que se viven en la sociedad española. Y como no se lee a los clásicos y analistas, ni se escucha a sabios, sino que el personal se deja ir de sabiduría por ciencia infusa, o hereditaria;  pues nunca tendrá soluciones tal tema. Y se seguirá siendo los hijos de Caín, claro. Por muy nobles padres que Caín tuviera, que eso es otra cosa.

3.- La foto, con que se ilustra esta entrada, fue realizada por mi amigo Isidro Juidías Barroso -amigo de muy largo- el día 27 de febrero de 2013, en una visita que le hice. Estuvimos departiendo, que hacía tiempo que no, y charlando y riendo y haciéndonos fotos.

4.- Pese a ser sibilina la envidia, y que a quien más daña es a quien la sufre, hay modos de adivinarla: y uno de ellos es cuando alguien, por una ínfima cosa o defecto, o error, incluso errata, en el otro, ya lo engrandecen todo y lo acumulan y lo validan y lo valoran y lo hacen el todo del otro... Por ejemplo, si cayera en manos de envidioso un ejemplar de la primera o segunda edición del Quijote, por su saber y altanería, desvalorarían a Miguel de Cervantes, porque esas ediciones están cuajadas de erratas, errores a ojos vista, pésima edición y que si es papel basto y que si no me gusta esto...  O sea, de la parte van al todo para desvalorar, deshacer, tirar, crear el cáncer, la tiña y tirria, la desvaloración de todo lo que es valor real, no valores de un sistema, de una sociedad, del dinero o similares o de un poder. Y para ellos esa obra sería una mierda. Tal como pienso que lo piensan -en su fuero interno-. No vayan a creer  que no lo piensan. Que sí.

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